El Chacarrá y 3

En una zona donde existe solo estación seca y húmeda, es una fiesta del buen tiempo. Como dice María Jesús Ruiz “Comenzaban el 3 mayo, Día de la Cruz, y se prolongaban durante todo el verano, aprovechando festividades (Día de la Ascensión, Día del Corpus, San Antonio, San Juan, Santa Ana y San Pedro), o simplemente justificadas por el día libre de los trabajadores. En otoño e invierno eran menos frecuentes, pero aún así cualquier excusa servía para organizarlas, de manera que no había boda, bautizo o día de matanza que no tuviera su fandangazo. Durante el buen tiempo, los recintos que acogían la fiesta permanecían engalanados según se habían preparado para las Cruces de Mayo: con un falso techo de mantones, colchas y mantelerías, colgantes de cadenetas y gallardetes de papel de orillo, ramos de flores, hojas de laurel y otros motivos decorativos…” En este contexto se puede entender que estemos ante una fiesta eminentemente participativa, donde todos bailan, cantan y tocan instrumento…